martes, 16 de octubre de 2007

Trabajo para el profesor de Filosofía...

Biografía del autor.-

Juan Pablo Pimentel Villagomez fue arrojado a este mundo un martes 13 de diciembre de 1988, a los diez meses del matrimonio de sus padres, hijo de Santiago Pimentel Gutierrez y Ximena Villagomez Rios, ambos jóvenes e inexpertos universitarios de la facultad de derecho unidos por un profundo sentimiento de soledad, como no podía ser distinto, se divorciaron un año y medio después quedando Juan Pablo bajo la tutela de su madre.

Juan Pablo creció con su madre en la casa de sus abuelos en un ambiente parecido al de la segunda guerra mundial, el cariño existía, pero iba acompañado de los truenos y relámpagos de las discusiones de su abuelos (que también terminaron divorciándose) con sus tíos, de sus tíos con sus primas, de las primas con los abuelos y de los tíos con los abuelos otra vez, añadidos a la trifulca estaban los perros, las empleadas y los primos de los tíos que hacían la guerra a todo el mundo.

Ahora bien, Juan Pablo ocupaba un cuarto al lado del de su madre, en aquel cuarto existía un librero, herencia de su padre, lleno de toda clase de libros, herencia de su padre y su madre, digamos para hacer corta la historia, que el ambiente semi-bélico que lo rodeaba, sumado a una sobreprotección de su madre que creía que el mundo era esencialmente malvado y que lo obliga a estar casi todo el tiempo en su casa, combinado por una tendencia a ser un devora libros heredada por ambas líneas paternales y un librero de caoba gigante y repleto de todos los géneros existentes de literatura en su cuarto, lo arrastró irremediablemente a la desdichada condición del adicto a todo pedazo de papel con signos impresos en él.

El resto de su historia no es mas que una continuación de ello, su madre se volvió a casar con un hombre estricto y rudo, pero bueno, que nada tenía que ver con los pájaros de papel que volaban en la cabeza de Juan Pablo, tuvo tres hermanas a las que quiso mucho, y llevó siempre una vida desdichada en el colegio, donde su inmadurez recalcitrante iba acompañada de unos conocimientos totalmente incompatibles con su edad, hecho que incluso llegó a alarmar a una profesora semi-beata, que se escandalizó al saber que su alumnito de de tercero básico (ocho años) sabía perfectamente que eran los espermatozoides y para que servían, aunque no tenía una idea muy clara de lo que era el mecanismo sexual, hasta que una lámina a color de una enciclopedia le desveló el secreto mortal del por qué a los hombres se les crece súbitamente el pene y de que era lo existía bajo la mata de pelos entre las piernas de las mujeres… a los 9 años.

Tiempo después, siendo un completo inadaptado en el colegio, se enamoró por primera vez de una chica que sinceramente, no era nada del otro mundo pero bastó para transtornarlo, fue la clásica tormenta hormonal-emocional de los 13 años, que vino acompañada de las más patéticas muestras de afecto movidas por una concepción bastante cursi del amor, dicho en tres palabras: un fracaso total. Puede decirse que esto lo marco profundamente en cuanto a sus relaciones sentimentales, quedando lisiado de timidez emocional durante el resto de su vida (bueno al menos hasta ahora), no tendría su primera noviecita hasta los 15 años, cuando una muchacha mayor que él y que contaba con poderosas razones (dos para ser preciso, justo arriba del plexo) lo sacó de su inocencia atolondrada con unos besos apasionados que hubieran echo enrojecer de vergüenza a Marilyn Manson, fue muy poco lo que hizo el para llegar a esa situación, apenas mirarla con ojos de buey apunto de ser degollado; pero digámoslo en honor a la chica de las razones: lo quería de verdad, lástima que él no.

Así pues, entre página y página Juan Pablo descubrió una página de Internet y su vida nunca volvió a ser la misma… ya tenía cierta adicción a los juegos de estrategia por el sentimiento de gloria y grandeza falsas que le daban y que tanto le gustaban, sin embargo en el internet descubrió que existían otras personas que llevaban un existencia errante entre letras como él, así que fue inevitable que descubriera los foros, uno especialmente marcó el rumbo de su pensamiento hasta un tiempo relativamente reciente: la taberna del dragón, un tugurio de tipos que escribían un número inconcebible de incoherencias por segundo, saturadas de un humor del absurdo que francamente le encantó y que marcó definitivamente su estilo de escritura. Tiempo después descubrió los blogs, y su sentido social terminó de estropearse a los ojos del medio social “normal”.

Actualmente Juan Pablo Pimentel Villagomez sigue escribiendo y leyendo, para desgracia de la humanidad se enteró de cómo se creaba un blog y ahora lanza dardos esporádicos contra el buen gusto literario desde su macábra página:
http://www.borracherasinalcohol.blogspot.com, dardos de letras que su padre calificaría académicamente como “burreras” (si los leyera) y que su madre arrojaría a la hoguera (si los descubriera).




(Foto del sex simbol autor de esta biografia, van a disculpar el gesto pero me fue imposible encontrar una foto mía que no lo tenga)

lunes, 15 de octubre de 2007

Lo dije el 9 y lo repito el 15:

No creo que el Che haya sido un héroe.


Se que fue un asesino.


Aquí les dejo un excelente artículo de Vargas Llosa sobre el Che que desglosa de una manera particular su vida.

Léanlo, un poco de información extra no indigesta, mas bien da una visión mucho más amplia de la realidad.

Para terminar este corto pero controversial post, cito esta poco conocida y no tan célebre frase del Che en su Discurso a la tricontinental, tomada del artículo arriba mencionado:

“El odio como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar”

Che Guevara...

miércoles, 10 de octubre de 2007

Seguridad ciudadana

Un incidente ocurrido el día de ayer en la mañana me hizo despertar de mi modorra y escribir nuevamente en mi aletargado y olvidado blog:

Me hallaba yo caminando tranquilo por la alameda Junín, paparupeando de lo lindo con el verde de las copas de los árboles como un bebe felíz, cuando de repente un par de cambangas se me aproximan y uno de ellos me dice en un tono sombrío (debo aclarar que en ciertas situaciones, en vez de asustarme me domina una especie de sangre fría al mejor estilo: "mi si gello il culo"):

-Oye mira, solamente queremos tu celular y plata así que apurate -y luego agregó serio mostrándome un revolver argentino calibre 22 (para algo sirve ir al ejército) que llevaba ajustado a la cintura- y no hagás nada que te plantamos pa' tu tiro-

Yo contesté con la cara de aquel a quien le abren la puerta del baño:

-Ejem, viejo no tengo celular lo dejé cargando en mi casa-

-¿Cual es tu número?-

Todo medio atarantado se lo dí, el tipo entonces saca un celular (uno de los últimos motorola) y marca mientras el otro me pregunta:

-¿y eso que tenés en el bolsillo?

-¿Eso? ah, mi billetera, pero está sin plata-

-Haber sacála-

Yo saco mi billetera y les muestro su contenido: mas vacía que corazón de político, ni papelitos tenía, con decir que no sabía si sentir alivio o vergüenza, hasta eso el otro había llamado al número que le dí y sanaba apagado.

-Bueno, eso sería nomás, ahora andáte y no mires pa' atras-

Le dí la mano (si, lo hice) y me fui tranquilo como solo los yescas de solemnidad podemos estarlo, y vi como los tipos se subían a un Cellica verde nuevecito, no me detuve a mirar la placa por si acaso les daban ganas de darse otra vueltecita y darme un recuerdo en género (léase darme un par de cocachos y una patada) luego pensé en llamar a la policía pero luego me dije: "mmm, policía nacional, pelao sin plata, ladrones con auto, ¿para que?" así que me fuí caminando a paso ligero mientras serias reflexiones cruzaban por mi mente sobre lo sucedido:

"Ja, ja, ja cojudos, no me sacaron ni un peso, le pelaron feo al asaltar al más insolentemente yesca de los blogeros"